Viaje de WOW
- Vic Martinez
- 21 ene 2018
- 3 Min. de lectura
No cabe la menor duda que una de las actividades más “antioxidantes” que puede realizar el hombre (¡o mujer claro!) es viajar, el viajar te reconforta, te alivia, te enseña, te cuida, te guía, te habla, a veces es una especie de buena consejera que te ayuda a interiorizar y ver la vida de otra manera…diferente, mejor. Algo parecido fue lo que viví en mi primer viaje a Europa, el continente que para muchos (me incluyo obvio) es extraordinariamente fascinante, y una meta que se anhela llegar a cumplir algún día, visitando sus capitales y ciudades más clásicas, de las cuales por cierto siempre había tenido contacto de alguna manera u otra ya sea por la escuela, trabajo, amigos museos.



Lugares tan icónicos y deslumbrantes que al verlos, tallaba mis ojos en señal de incredulidad pues no tenía planeado hacer este viaje meses atrás, ver y estar en frente de tan emblemáticos lugares hizo darme cuenta de la enorme riqueza que poseemos los seres humanos, que nos pertenece, desde Londres con su ancestral Abadía de Westminster hasta Segovia, España y su antiquísimo acueducto romano, cada ciudad representó enormes enseñazas, enseñazas que quise compartir con cada amigo y familiar que estuvieran maravillados por cada calle que pude admirar, por cada museo, por cada obra, por cada rostro que me causaba asombro, mi primer WOW en este continente fue el admirar de noche el lecho del rio Támesis que junto con el parlamento y el ojo de Londres robaron ese primer wow de los muchos que pudo darme, pulcra y altiva fue la escencia que me dejó Londres, y que decir de París con esa mezcla de buen gusto y modernidad, enormes palacios que dan fe de la bonanza imperial que tuvo Francia, la Torre Eiffel fue sin duda el WOW parísino más sonoro de la capital francesa, sus enormes estructuras hacían que volteara feliz a verla de pies a cabeza aunque sintiera algo de tortícolis, una y otra vez, sin dejar de sonreir y de dar gracias a Dios, al destino, a quien fuese culpable de este ensordesedor viaje, sus barrios, sus fuentes, sus palacios, sus invaluables museos que son guardianes de grandes tesoros de las más ancestrales civilizaciones, desde México hasta Grecia y Egipto, pasando por África y Mesopotamía una ciudad que no puedo describir en pocas palabras, Florencia con sus palacios que evocan poderío y refinación donde el WOW fue arrebatado sin duda por el enorme Palazzo Pitti que fungió como casa real de los últimos reyes de Italia, Roma, con su anfiteatro Flavio o mejor conocido como el Coliseo se llevó un escándaloso y gran WOW (nota: no me importó hacerlo en presencia de cientos de turistas) y no solo por la enorme estructura , sino por la logística de meter más de 60,000 personas a divertirse a costa de la sangre, una ciudad que si de día es bella, de noche captura una sensualidad que pocas, muy pocas ciudades logran proyectar, durante mi estacia en Roma era obvia mi visita al país más pequeño del mundo, sede de los católicos y piedra angular de la fe católica romana y apostólica: la Ciudad del Vaticano, donde un profundo (desde el fondo de mi corazón) WOW se lo llevó la presencia del papa Francisco quien con su gesto de bondad pudo cautivar a miles y miles de visitantes y turístas que se congregaban en la plaza San Pedro, una experiencia grupal inigualable, esa energía que te mueve,…nunca olvidaré ese poder que me hizo brincar de alegría sin tener una sólida razón para estarlo (aparentemente)
En Madrid mi WOW se lo llevó la gente, gente cálida, gente amable, quizás por el idioma o por la sangre latina que compartimos o por que la misma ciudad te inspira a ser así, la gente se divirte y comparte en el parque del retiro como si fuese el patio trasero de su casa, que con sus áreas boscosas te invita a caminar, correr o como yo sentarme y admirar el paisaje madrileño, recuerdo que de Madrid partí a Toledo, una ciudad que me robó mi corazón sus callecitas, su gente, su clima, su arquitectura y su ancestral historia hizo que desprendiera un WOW de puritita emoción, en fin, descubre que te mueve hacer un WOW en tu próximo viaje, haz de ti una máquina de WOWS, no dejes de sorprenderte en tus viajes.
Gracias por leerme
Nota: en Madrid, probé uno de los mejores lugares para comer tacos al pastor que he probado en mi vida. (otro indiscutible y largo WOW)
Gracias nuevamente.
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